Yoga para equilibrar el hígado y las emociones

Podemos reflexionar sobre la capacidad del hígado para manejar nuestro estado emocional. Hemos extraído del libro “Depuración corporal”, escrito por el nutricionista argentino Néstor Palmetti. algunos conceptos interesantes

El estado emocional y la claridad mental de una persona dependen de la libre circulación de la energía y la sangre. El hígado controla ambos factores, y por tanto la estabilización del estado emocional. Un hígado sano proporciona juicio claro y decisiones firmes; la acción que genera es rápida y consecuente. La emoción positiva de un hígado sano es el idealismo.

El bloqueo de la energía del hígado, crea un estado depresivo. La tendencia psíquica negativa es la cólera, que se produce como reacción a la depresión y es acompañada por crisis de irritabilidad, mal humor y violencia. Las crisis de cólera son normalmente reprimidas hasta el momento en el cual se liberan, desembocando en verdaderas erupciones volcánicas. Esta emoción se considera la más dañina, pues condiciona todas las funciones del sistema energético. Cefaleas y migrañas, consideradas enfermedades generadas por el hígado, aparecen cuando este órgano se siente afectado y no llega a desempeñar su función de empujar y distribuir la energía hacia la cabeza y las extremidades: entonces la cabeza se congestiona y se calienta, al mismo tiempo que las manos y los pies se enfrían.

Síntomas físicos como: dificultades para asimilar alimentos, inapetencia, dolores de cabeza luego de comer, boca pastosa, lengua blancuzca o amarillenta, sabor amargo en la boca, hinchazón de vientre, acumulación de gases, nauseas, vértigo, piel amarillenta, cutis graso, granos, catarro, estreñimiento, heces en forma de confites o poco consistentes y de color amarillento, insomnio en las primeras horas de la noche y dificultades para despertar por la mañana, picazón de piel, caspa, caída del cabello, migrañas, cefaleas, dolor en la nuca, síndrome premenstrual (catabolismo hormonal), fatiga muscular, edemas, calambres, mala circulación venosa, coloración verdosa del rostro y los ojos, fobia a la luz, dificultad para permanecer al viento, problemas de visión, afecciones oculares y precoz pérdida de la vista, son causados por un hígado cansado y sobrecargado. Una dieta que mejora la condición hepática, incrementa la capacidad visual. Dos líneas verticales en el entrecejo indican un hígado agotado. 

Los desequilibrios biliares se asocian con rigidez de pensamiento, cólera, excesiva preocupación por los detalles, frustraciones y miedo hacia lo desconocido. Decisiones y acciones quedan paralizadas. Los síntomas físicos son: dolores de caderas, migrañas (localizadas sobre todo en la sien derecha), boca amarga por la mañana, vómitos ácidos, tensiones en el hombro derecho, dolores en las articulaciones (rodillas en particular), cuello rígido, ansiedad e insomnio. El color de la piel suele ser pálido o amarillento, tonalidad que también se evidencia en los ojos.

El hígado es el «maestro de la astucia y de la acción», así como la vesícula biliar lo es de la «fuerza de decisión». La salud de ambos órganos determina la capacidad de ser un líder; es el «eterno ganador». La capacidad de previsión, o sea de anticipar la realidad interior y exterior, depende de la salud del sistema hígado/vesícula.”

Desde este punto de vista, antes de decir que alguien es nervioso o está estresado. ¿No sería más correcto decir que la persona está intoxicada? Antes de medicarse ¿no sería mejor desintoxicarse?

Desde la perspectiva de la medicina china, el punto de vista del estilo de vida, el hígado se asocia con las emociones de ira y frustración. Una expresión excesiva (o represión) de estas emociones pueden indicar un desequilibrio del sistema hepático. Altos niveles de estrés también pueden crear un desequilibrio en este sistema. A medida que el sistema del hígado goza de y promueve el movimiento (el ejercicio (caminar, tai chi, trotar, yoga etc), junto con cambios de dieta) se resolverá el estancamiento causado por el estrés y las emociones negativas como la frustración.

Según los chinos dedicados a la salud tradicional, si se presenta cualquiera de los síntomas mencionados anteriormente, trabajar para mejorar el funcionamiento del sistema hepático es importante. Con un sistema de hígado que fluye adecuadamente, las articulaciones estarán sanas, los ojos brillantes, y la energía del cuerpo (físico y emocional) fluirá libremente. El estancamiento del Qi del Hígado en particular, es un desequilibrio muy común en las sociedades occidentales modernas. Estar consciente de los signos más leves de desequilibrio y trabajar para corregirlos puede evitar problemas más serios en el futuro y ayudar a vivir mejor en el presente.

Con el yoga podemos  ayudar en el proceso de limpieza y renovación corporal con algunas posturas o asanas que crean una presión sobre el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso y ayudan de esta manera a eliminar toxinas y aliviar inflamaciones. 

Y ¿Qué posturas de yoga tienen más capacidad de masajear los órganos implicados en este proceso de renovación corporal, como el hígado o riñones? 

Las posturas que implican una torsión de la columna vertebral ayudan a desbloquear y purificar el hígado y la vesícula biliar porque realizan un masaje interno a los órganos abdominales y movilizan el diafragma:

  • Las torsiones 
  • Las flexiones hacia delante. 
  • Posturas invertidas (como Sirsasana, el equilibrio sobre la cabeza).
Yoga para equilibrar el hígado y las emociones. Postura Ardha Matsyendrasana

Posturas sencillas como Ardha Matsyendrasana (que implica media torsión en posición sentada, como en la foto) o  Jathara Parivartanasana (esta otra postura implica una torsión tendido de espaldas sobre el suelo con los brazos en cruz y las piernas dobladas hacia un lado).

Estas, entre otras torsiones que podemos encontrar en nuestra clase de yoga, también masajean suavemente la zona lumbar.  Es importante intentar que la torsión espinal comience desde el cóccix y arrastre la parte baja del abdomen hasta llegar a la zona dorsal. Como resultado de la presión, el hígado se contrae y, por tanto, se tonifica y los intestinos se mueven

Al reactivar esta maquinaria el cuerpo inicia su propio proceso de limpieza interna.